24.7.08

Verano Marlango






Estos son los lugares en los que parará Marlango los próximos meses:


30/10/2008 - 00:00:00
Madrid.
La Riviera



26/10/2008 - 20:00:00
Puertollano (Ciudad Real).
Auditorio Municipal



19/10/2008 - 22:00:00
Ibiza.
Auditorio Can Ventosa



11/10/2008 - 00:00:00
Sant Feliú de Llobregat (Barcelona).
Campo de Fútbol



12/09/2008 - 21:00:00
Oviedo.
Plaza de la Catedral



06/09/2008 - 00:00:00
Castellón.
Recinto de Ferias



30/08/2008 - 00:00:00
Figueres (Girona).
Plaza del Ayuntamiento



28/08/2008 - 00:00:00
Albacete.
Recinto Ferial



21/08/2008 - 00:00:00
Jerez de la Frontera (C
ádiz). Patio San Fernando Alcázar









Y ahora la revista Vanity Gay nos ofrece esta entrevista, publicada en su edición impresa el año pasado.

EUFÓRICA MELANCOLÍA (VANITY GAY)

En estos días, Hold me Tight, el primer sencillo del tercer álbum de Marlango, ya está invadiendo las ondas con esa atmosférica sensualidad que transmite la Watling cuando se planta delante de un micro.

Delicia pura, eufórica melancolía, jazz popeado, vibrante relax, perfume musical, compleja sencillez, tarde dominguera… The Electrical Morning pide a susurros un hueco en tu MP3.

Porque los deseos tienden a cumplirse tenemos en portada y entrevista a Marlango. Porque nos gustan los artistas que trabajan desde la humildad y la honestidad. Porque nos gusta la gente que decide ofrecer lo mejor de sí misma en este mundo lleno de gente que no regala más que mierda. Marlango es un oasis y The Electrical Morning su tercera palmera que nace y crece con esbelta firmeza para embellecer el horizonte.

Queríamos sentarnos con Leonor y Alejandro para charlar con la misma sencillez y humanidad que ellos desprenden; jugar a los vestiditos con ellos y hacer unas bonitas postales inspirados en su propia atmósfera. Puro Marlango para tus ojos.




Vg VanityGay: “El tercer álbum es el de la consagración” y “renovarse o morir” son dos de los mayores tópicos que pesan sobre los músicos. ¿En qué aspectos es novedosa, en vuestra opinión, The Electrical Morning respecto a los dos anteriores trabajos?

Alejandro Pelayo: Este álbum ha sido diferente desde la misma concepción de las canciones. Hemos trabajado por primera vez en la composición con la guitarra, por ejemplo. Incorporamos además la presencia de cuerdas, más guitarras, instrumentos nuevos como el Martenot, y el minimoog. Pero sobre todo el cambio fundamental lo ha dado la experiencia adquirida con los dos discos anteriores y las dos giras. También el sentido del humor, la ironía y un poco ese sacudirse la melena en comparación con los dos discos anteriores.

Vg: Lo que más me gusta al escuchar la música de Marlango es que desde los primeros acordes crea irremediablemente una atmósfera propia. Evoca muchos sonidos que suenan familiares, pero al mismo tiempo, vuestra música es muy particular. Un sonido propio y reconocible ¿se busca, se inventa, se encuentra por suerte, consiste en no disimular las influencias…?

A. P.: Sale, se persigue… O nos persigue él a nosotros. No lo sé. Es la forma que tenemos de respetar lo que creemos que una canción necesita. No tenemos una premisa de cómo tiene que sonar. A cada canción, desde que es muy pequeñita, desde que sólo es un piano y una voz, o una guitarra y una voz; cada cosa que le ponemos encima es porque creemos que lo necesita. Entonces, al final, nosotros somos los primeros oyentes. No tomamos ninguna decisión previa: vamos haciéndolo de una forma muy artesanal pero persiguiendo lo que creemos que la canción necesita. No hay ningún plan.

Vg: Grabáis las canciones “del tirón” tocando todos a la vez. ¿Es precisamente una búsqueda de esa atmósfera? ¿Es una oda a esa imperfección que inspiró el anterior álbum? ¿Queréis que se transmita el disfrute del directo?

A. P.: Solemos grabar siempre así, todos a la vez. Y luego a partir de ahí retocar cosas. Nos gusta más grabar así.



Vg: Otra de las cosas más bonitas que transmitís es sencillez, tanto en vuestra música como en vuestra imagen (portadas y videoclips). Yo diría que llegar a lo simple, a la esencia, es harto complicado. ¿Cómo consigue Marlango que hacer música parezca algo tan fluido y fácil?

A. P.: Gracias por pensar que es así. En primer lugar, para nosotros, es una forma de comunicarnos y una terapia, personal y colectiva. Luego, una necesidad. No sé si conseguimos que suene de una manera u otra, pero necesitamos que suene primero para nosotros. Luego está el trabajo de todos los días. Las canciones no caen de un árbol. Quedamos todos los días para tocar y para intentar encontrar algo.

Vg: Manifestáis que con los directos las canciones crecen y evolucionan. ¿Es muy diferente un primer concierto de gira del último?

A. P.: Sí, se van sumando cosas cada día y las cancones cambian y pasan por muchos estados de ánimo. Incluso dentro de la misma semana la cosa cambia mucho de tocar un lunes a tocar un viernes, de tocar en el norte a tocar en el sur, de tocar en un teatro con la gente sentada a tocar al aire libre con la gente de pie y bebiendo…

Leonor Watling.: Las canciones son como personas, al principio no las conoces tanto y luego las vas conociendo. Al final de la gira es cuando de verdad las entendemos.

A.P.: Al final de la gira tienes la posibilidad de jugar con las canciones. Tienes toda la información y sabes qué pasa cuando va arriba o abajo. Cada uno sabe, desde su instrumento, cómo puede hacer un efecto dominó con respecto al de al lado.

Vg: ¿Es la música el mejor lenguaje para expresar sentimientos y el inglés el mejor vehículo para llegar a todas partes?

L. W.: Cantamos en inglés porque es lo que nos sale cantar, no hay nada pensado, nada premeditado. Es cierto que hay una parte de comunicación que se pierde con el público español cuando cantamos en inglés. Es diferente a cuando cantamos fuera y entienden las letras… Yo escribo pensando en inglés y supongo que también es lo que mejor le va al estilo de nuestras canciones.

A. P.: La respuesta sería que no componemos pensando en nadie ni en nada. Componemos porque nos hace falta sacar algo de dentro y eso sale en directo.



Vg: De acuerdo. Hacéis las “canciones que os nacen” y ciertamente se nota que hacéis música principalmente para vosotros, para disfrutarla y de una manera muy natural. ¿Os sorprende pues, que vuestra música haya llegado a tanta gente? O ¿no pensar en cómo gustar es el secreto para gustar sobremanera?

A. P.: Hombre, es todo muy sorprendente. Desde el primer disco, en ningún momento contábamos con nada. Contábamos con hacer el disco, tenerlo y enseñárselo a nuestros familiares, a nuestros amigos. A partir de ahí todo ha sido muy sorprendente.

L. W.: Hacer algo pensando en gustar o no a alguien, no funciona ni en la vida, ni en nada.

A. P.: Al final lo que te sale es lo que eres. Por mucho que a uno le gustaría que le saliera un Leonard Cohen u otra gente a la que admira, al final sale lo que eres.

L. W.: Componer, al menos para mí, no es inventarse nada. Componer es buscar algo que está. No nos estamos inventando un tipo de armonía nueva ni inventando nuevas palabras. Todo eso ya existe. Cuando nos sentamos a componer mi sensación es la de estar pescando. A veces recoges algunas cosas y piensas “qué suerte que eso no lo haya pescado nadie antes”. Es como encontrarte con una lubina de 7 kilos, pero la diferencia es el anzuelo que tienes. Leonard Cohen tiene otro anzuelo y pesca otras cosas…

Vg: Pero, ¿no es cierto que a veces las discográficas pueden coartarte incluso a la hora de seleccionar las canciones?

L. W.: Lo que hacen las discográficas es ayudarte; construirte un espacio donde tú puedas jugar. Por lo menos a nosotros no nos limitan ni nos obligan a nada. Al revés, nos proporcionan un patio donde jugar.

Vg: ¿Por qué este disco suena menos melancólico que los anteriores?

A. P.: Eso es una cuestión de opiniones. A veces escribimos una canción pensando que es la más divertida que hemos hecho nunca y viene alguien después del concierto para decirte que se ha emocionado y que ha llorado mucho. Cada uno tiene una opinión y todas son válidas. A mí, el primer disco no me pareció un disco tan nostálgico como luego he leído que para todo el mundo lo fue. Éste sí me parece más optimista, con más ironía y más sentido del humor, pero siempre intentamos compensar. Si la letra va hacia un lado muy alegre, la armonía y la música va hacia otro para que el que lo escucha tenga la oportunidad de decidir. De esta manera, las canciones están más vivas; para que alguien pueda decidir que ésa es su canción, si está triste; pudiendo además resultar que alguien a su lado esté muy contento y también sienta que está escuchando su canción. O sea, que no todo sea siempre blanco o siempre negro.

Vg: Leonor: en el cine expresas sentimientos que otros han escrito. ¿Escribir las letras de Marlango cubre la necesidad de expresar la manera que tiene Leonor de ver la vida? En otras palabras, ¿podemos conocer mejor a Leonor en Marlango que en el cine?

L. W.: A la primera parte de la pregunta sí y a la segunda, no. Hay veces que eres más sincero con las palabras de otro que con las tuyas porque te lo puedes permitir. Marlango no es la mejor manera de conocerme. Ninguna de las dos es completamente honesta ni completamente falsa.

Vg: Alejandro: detrás de cualquier artista subyace la necesidad de ser escuchado pero parece que la popularidad te incomoda especialmente. ¿Es Leonor (popular antes de Marlango) el parachoques mediático perfecto donde te resguardas?

A. P.: La palabra artista nos incomoda sobremanera, porque artista es como un 5.0 dentro de la profesión. Nosotros somos músicos y tenemos un oficio. Pero sí, mi situación es la menos mala en que se puede estar.

Vg: ¿Qué tiene la música para convertirse en adictiva para tanta gente? ¿Qué os da a vosotros?

L. W.: Todo. Para mí la música es tiempo sin espacio. Es mágica. Te regala otra dimensión donde puedes soñar despierto. Por eso creo que la música es tan importante y siempre ha existido y existirá en todas las culturas. La música es ese idioma extrañísimo que le habla a esa parte nuestra que no es racional y todos tenemos.

A. P.: A mí me da algo a nivel personal, que no me da ninguna otra cosa. Dentro de una canción o de una sinfonía… Escuchando una música, todo es posible. En una película hay un espacio físico donde estás sentado y aunque puedes estar muy metido en la historia, existe una distancia con respecto a lo que estás viendo. Además sabes que se va a acabar. Cuando lees un libro, se va a acabar. Pero la música no se termina porque en cualquier momento puedes volver a la sensación de escuchar por primera vez Blackbird de los Beattles. La música va poniendo post-it’s en el cuaderno de nuestra vida.

L. W.: Para mí es lo más parecido a la Teoría de la Relatividad de Einstein. Es como un agujero negro, es lo más evocador. Algo como los olores, pero mientras que un olor se acaba muy rápido, la música se puede habitar.

Vg: Todos tenemos una escala de prioridades ¿Por qué motivo os alejaríais de la música?

L. W.: No, no creo que lo hiciera nunca. Quizá cambie la relación con ella; quizá en lugar de cantar en un teatro para 2.000 personas, cante en un sitio donde si me encontrara la policía, me detendría… Pero no, no me alejaría por ninguna razón.